Roast: esos sí son llevados

Casi cuando comencé mi aventura con la televisión por cable, me topé con la irreverencia de un programa de VH1 llamado "El asado de Pamela Anderson", donde una pléyade de famosos y no tan famosos se dieron vuelon burlándose de la pechugona modelo y actriz.

Creía que era una especie de serie, pero nunca lo volví a ver, hasta que hace unos días transmitieron "El asado de Flavor Flav", este estrambótico rapero, conocido por su militancia legendaria en el grupo Public Enemy y por su reciente estrellato en reality-shows.

Un par de wikipediazos después entendí de qué trata el asunto. Los "asados" (o "roast"), son reuniones festivas que, aunque parecieran lo contrario, son un homenaje a alguna celebridad, a la que sus amigos le recetan una señora tanda de comentarios irónicos y chistes personales de muy grueso calibre. Digo, me siento culpable, pero ¡vaya que me han hecho reír!

Nada de humor estilo Capulina (el campeón del humorismo blanco), aquí hay comentarios sexistas, racistas, bromas sobre fluídos y humores corporales o capacidad de ingesta de sustancias prohibidas. Pero vaya que son prueba de alivianadez: si alguien soporta 60 minutos de corrosividad verbal, sólo debe ser porque quieres mucho a quien te está tundiendo.

La tradición de los "asados" nació en los cincuentas en un club de comedia de Nueva York muy famoso llamado The Friars' Club. Originalmente eran fiestas privadas entre los comediantes del lugar, pero poco a poco se fueron abriendo al púlico en general, incluyendo a celebridades de otros ámbitos como objeto del tributo y, posteriormente, siendo televisados.

La cadena Comedy Central tramsitió el "asado" anual del Friars' entre 1998 y 2002, y, al concluir el contrato, decidió sacar al aire su propio asado, que se transmite cada año durante el mes de agosto.

Antes de Flavor Flav, fueron "asados" Pamela Anderson, William Shatner y y Jeff Foxworthy. Supongo que sólo los "asados" pueden hacer parecer a Polo Polo como académico de la lengua, y aunque seguro espantarán a alguien, no creo que escandalicen más de lo que en su momento hizo Moliere.